lunes, 15 de enero de 2018
Placas Tectonicas
Placas tectónicas
El GPS (sistema de posicionamiento
global) ha sido el instrumento más utilizado para estudios del movimiento de
las placas tectónicas. Midiendo repetidamente las distancias entre diversos
puntos específicos en la Tierra, los geólogos han podido determinar el
movimiento a lo largo de fallas tectónicas o entre placas. Gracias a este nuevo
método, los científicos obtienen una buena comprensión de cómo las placas se
mueven y cómo estos movimientos se relacionan con los terremotos y la actividad
volcánica. El movimiento de la corteza terrestre es más pronunciado a lo largo
de zonas estrechas entre placas, donde las fuerzas y sus resultados son muy
evidentes.
Alrededor de la cuenca del Pacífico
ya se miden regularmente las tasas de separación entre placas, utilizando
varios sitios GPS. Las tasas promedio de separaciones entre placas pueden
variar ampliamente. Por ejemplo, en las estribaciones del Ártico ocurre la tasa
más baja de movimiento (menos de 2,5 cm/año), mientras que la tasa más rápida
está cerca de isla de Pascua, en el Pacífico sur, a 3 400 km al oeste de Chile
(más de 15 cm/año).
Bordes Convergentes
Bordes convergentes
Ocurren
cuando los bordes de dos placas tectónicas chocan y una se desliza debajo de la
otra. Existen tres tipos de convergencia.
(1)
Obducción, que es el choque de dos placas continentales que forman un sistema
montañoso, como la cordillera del Himalaya.
(2)
Subducción, que es el choque de una placa continental con otra oceánica, la
cual se desliza por debajo de la continental y forma una zona de subducción y
una fosa oceánica, lo que provoca en el continente erupciones volcánicas y un
sistema montañoso, como la cordillera de los Andes.
(3)
Dorsal marino, que es el choque de dos placas oceánicas que dan lugar a
cordilleras dentro del océano, con volcanes submarinos y eventualmente
archipiélagos, como las islas Galápagos. En los dorsales marinos, el manto
caliente o magma fluye hacia arriba por convección, lo que origina volcanes y
nuevas capas de placa que progresivamente se apartan del dorsal, enfriándose y
ganando densidad hasta llegar al borde de la placa.
En
el borde, la placa es lo suficientemente fría y densa como para volver a
hundirse en el interior del planeta.
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